No es cuestión de talla sino de dar la talla
“Ya lo haré cuando adelgace”. ¿Cuántas veces has utilizado esta frase como excusa? Ya empezaré a ponerme esto… cuando adelgace. Ya le daré una vuelta a mi armario… cuando adelgace. Ya me compraré ropa nueva… cuando adelgace… Así, en bucle.
Y precisamente para salir de esa espiral en la que te encuentras ahora mismo, necesitas todo lo contrario: dejar de preocuparte y empezar a ocuparte. Es un consejo que me dieron en su momento para esas cosas de la vida y que he terminado usando para todo; para el estilo y para los armarios también.
“Cuando me quite tantos kilos, estaré feliz”. “Si me quedo en la talla x, lo habré logrado”. Seguro que también te sientes identificada con estas palabras. Porque probablemente las hayas hecho tuyas en algún momento, ¿verdad?
Era una clase sobre medidas. No entraré en detalles, pero, como imaginarás, ninguna alumna teníamos las canonizadas 90-60-90. Es más. La mayoría ni siquiera nos aproximábamos. Ni de lejos. Y en un amplio porcentaje, la talla de nuestras chaquetas y camisas difería de las de nuestra falda o pantalón. Ni de cerca era la misma en nosotras mismas.
La talla cambia porque nuestro cuerpo cambia. Porque tenemos hijos, porque hacemos más o menos deporte, porque a veces no tenemos tiempo para cocinar lo que nos gustaría comer, porque tu cuerpo no es el mismo con 23 que con 35. Cambiar de talla significa que nuestros cuerpo está vivo. Que nosotras estamos vivas. ¿Te habías parado algún momento a mirarlo así?
Entendí también que si quería que mi estilo avanzase tenía que centrarme más en la búsqueda de la proporción que en la de la perfección. Que lo importante es que la ropa nos quede bien y no la talla impresa en la etiqueta, que, por otro lado, casi nadie ve. Que, además, a casi nadie le importa.
Por todo esto, porque suelen funcionarnos a la mayoría y porque nos hacen dudar menos, quería compartir contigo 10 trucos básicos para que aciertes con tus looks. Independientemente de la talla que tengas. Independientemente de cuándo tengas pensado empezar a ocuparte de tu estilo. Independientemente de si tienes pensado meterle mano a tu armario esta primavera o no.
- Vístete en tu talla actual. Ni más, ni menos. Tu talla real es la que mejor te sienta.
- El largo de la falda que más favorece es a la rodilla.
- El largo del pantalón que mejor sienta es ras del tacón con el pantalón.
- La altura del pantalón o de la falda que más nos estiliza es 2 o 3 dedos por debajo del ombligo. Ahora que la cintura alta está ha vuelto no resultará más fácil encontrarlos en las tiendas. Ante la duda, apuesta siempre por prendas de cintura alta.
- Elige partes de arriba estructuradas, como las blazer o americanas, que simulan una línea horizontal y recta entre tus hombros. Y también entalladas, que no ajustadas. ¡Deja ya de esconderte entre telas de más!
- Marca tu cintura siempre que puedas.
- Busca prendas con cortes sencillos. Puede que te suene aburrido, pero recuerda que menos es siempre más.
- Si quieres alargar tu figura, busca la continuidad del color en el zapato y que terminen en punta.
- Evitar realizar cortes en la figura.
- Utiliza colores neutros para las zonas que quieras disimular y colores llamativos donde quieras centrar la atención.
Hace siglos que dejé de comprarme ropa (solo la imprescindible para no ir por la vida en bolas) esperando bajar a un peso favorecedor.
Gracias por el post