Emociones y comida: la rabia
Este segundo post de la serie sobre emociones que pueden complicar nuestra relación con la comida está dedicado a la rabia.
Para mí es la emoción más ambivalente de todas: si está bien canalizada saca toda tu fuerza, empuje y determinación, pero si la reprimes o se te va de las manos en forma de ira, se traduce en daño hacia ti misma.
Quizá las palabras ira o rabia te suenen muy agresivas, pero si nos adentramos en el Universo de Emociones, del que ya te hablé en el post sobre la tristeza, verás que la galaxia de la ira incluye toda una serie de emociones que habrás sentido más de una vez: indignación, impotencia, enfado, irritación…
Así que hoy vamos a ver cómo la rabia y otras emociones relacionadas con ella nos pueden empujar descontroladamente a la comida y qué podemos hacer para evitarlo.
¿Qué es la rabia?
La rabia surge cuando nos sentimos injustamente tratadas, heridas u ofendidas. Aparece cuando tratan de arrebatarnos algo que sentimos que es nuestro, algo a lo que creemos que tenemos derecho.
Con la rabia ponemos límites y defendemos nuestra dignidad.
Es una emoción expansiva porque saca toda nuestra fuerza y nos empuja a reclamar nuestro lugar, aquello que sentimos que nos pertenece.
La rabia es dañina cuando se transforma en ira descontrolada, o todo lo contrario… cuando nos la tragamos y no le damos salida.
Esa rabia estancada se va transformando en frustración, rencor y resentimiento, condicionando la vida de quien la siente.
«La rabia contenida es más dolorosa que la ofensa que la provocó»
¿Cuál es la relación entre rabia y comida?
La rabia es el detonante perfecto para lanzarse a la comida cuando sentimos que no podemos hacer nada y decidimos reprimirla, ocultando nuestra indignación. De hecho, para muchas personas, comer descontroladamente acaba siendo la mejor manera de tragarse lo que sienten.
Es posible que a ti también te haya pasado, si alguna vez te has sentido injustamente tratada en el trabajo, rechazada por alguien, engañada u ofendida.
Esa rabia puede surgir por un hecho puntual reciente, pero también puede estar latente por algo que sucedió hace tiempo y no hemos podido digerir.
Una de las cosas que más me sorprendió conocer de la rabia es que en las mujeres se disfraza de tristeza, ya que culturalmente no está bien visto que nos mostremos furiosas.
Así que, si te sientes triste o desanimada, no dejes de pensar si puede tener algo que ver con estar tragándote tu rabia ante situaciones que consideras injustas para ti o para las personas que quieres.

Cómo evitar que la rabia te empuje a la comida
La respuesta es clara: dejando de tragarte la rabia.
La rabia no es mala, ¡te permite defender tu dignidad! y no hay que avergonzarse de ella ni acallarla.
Si estás enfadada y sientes rabia por algo, acéptalo y sácalo afuera de manera positiva, es decir, diciéndole a quien corresponda cómo te sientes por lo que ha pasado, por qué te parece injusto, y qué necesitas.
En caso de que no tengas la opción de hacerlo, te puede ayudar contarle a alguien cercano cómo te sientes, e incluso escribirlo.
Sacar tu enfado e indignación evitará que acabes sintiendo frustración, que con el tiempo se transforma en un resentimiento que puede condicionarte de manera muy negativa.
Si ya tienes el hábito de comer cuando estás enfadada, prueba otras opciones. La rabia tiene un componente físico muy importante, la puedes notar claramente en tu cuerpo, así que cualquier actividad física intensa te ayudará a soltarla.

Buen día! me parece muy interesante todo lo que publicas, muchas gracias!
Buenísimo el articulo. Un cordial saludo.
Muchas gracias! :)
Me encantó el artículo, un cordial saludo.
Gracias! Me alegro mucho :)
Muy buen articulo. ¡Gracias por compartirlo!
Gracias a ti :)