Nada puede impedirte cambiar
Ahora que atravesamos una situación tan excepcional como la de estar obligadas a permanecer en casa, puede que pienses que no tienes más remedio que dejar a un lado tus planes de cambio físico.
Sin embargo, en este momento tienes la oportunidad de avanzar mucho más de lo que piensas.
Cuando nos proponemos perder peso, lo primero que hacemos es organizar nuestras nuevas rutinas de alimentación y ejercicio.
Perder peso se convierte en una prioridad y tenemos que alterar nuestro día a día para integrar los nuevos hábitos que hemos elegido.
Pero, tan pronto como surge un inconveniente, nos venimos abajo.
La razón es que nos saltamos el paso previo y fundamental para poder conseguirlo: asumir mentalmente el cambio.
«La clave del cambio físico es psicológica»
Asumimos mentalmente un cambio, es decir, nos convertimos por dentro en la persona que queremos ser por fuera, cuando lo deseamos plenamente y creemos que es posible.
Esos son los dos factores determinantes para conseguirlo.
El deseo
Deseas algo plenamente cuando la idea de conseguirlo te llena de vida y te desborda de alegría.
No importa si es adecuado, si crees que deberías priorizar otras cosas, o si ahora no es el mejor momento: un deseo puro se abrirá paso al margen de tus circunstancias.
No juzgues tus deseos ni trates de amoldarlos a lo que deberían ser. Son perfectamente válidos tal y como son.
El primer paso, por tanto, es preguntarte si realmente deseas ese cambio físico, es decir, si en este momento de tu vida sigues queriendo perder peso más que nada.
La prueba para saberlo es bien sencilla: si la idea de verte con el aspecto que quieres te produce una sincera y profunda alegría, un auténtico subidón, al margen de todo lo demás, lo deseas de verdad.

La certeza
Todo lo que has logrado hasta ahora en tu vida tiene una cosa en común: asumiste que podías hacerlo.
Antes de lanzarte a por ello valoraste tus opciones y creíste que era posible para ti, por eso diste los pasos para lograrlo. En cierta manera, primero te convertiste en la persona que lograba eso que querías y, después, fuiste a por ello motivada por ese convencimiento.
Por tanto, el segundo paso para conseguir el cambio que quieres es creer que es posible para ti. Cuando te aferras a esa certeza avanzas con determinación hacia tu objetivo, pasando por alto las dificultades que otras veces pudieron contigo:
- Lo he intentado mil veces y siempre he fracasado: todos tus intentos previos están ahí para mostrarte que ese no era tu camino. Cambia la forma de conseguirlo, pero no renuncies a tu deseo.
- No sé cómo hacerlo: pero sí sabes lo que no te ha funcionado hasta ahora. No sigas pensando en controlar la alimentación y el ejercicio, sino en asumir dentro de ti ese cambio como algo real, es decir, en convertirte por dentro en la persona que quieres ser por fuera. Si lo haces, encontrarás la manera de abordar todo lo demás.
- No tengo confianza en mí: es normal que los intentos fallidos afecten a tu confianza para volver a intentar lo de siempre, por eso la propuesta es que hagas algo diferente. Esto no lo has intentado antes, así que tu confianza para emprender este camino está intacta.
Lo que piensas provoca lo que sientes y condiciona lo que haces.
No sigas empeñada en actuar sin ocuparte de tu mente, porque ahí está la clave del cambio.

Es muy difícil cambiar yo todavía no lo he conseguido.
Hola Pilar!
Creer que es difícil es lo que te limita para poder conseguirlo.
Ten en cuenta que nos comportamos de manera coherente con lo que creemos, de manera que si crees que es difícil, te costará mucho más hacerlo.
Dedica un poco de tiempo a cambiar tu mentalidad, es decir, las creencias que te mantienen dentro del problema.
Como digo en el post, lo que piensas provoca lo que sientes y condiciona lo que haces.
Si piensas que cambiar es difícil, te sentirás mal y no tendrás ánimo para cuidarte.
El proceso es así de sencillo! cambia lo que piensas, y cambiará tu ánimo para poder conseguir lo que deseas :)
Un abrazo!!
Hola Ana
Entiendo lo que dices y lo comparto. Soy feliz en mi vida pero no consigo perder peso que es lo único que me hace disgustarme. Me hablo en positivo (soy COACH profesional y doble titulación en PNL) me rio todos los días hasta las lagrimas. Quiero y me siento muy querida pero la báscula no se mueve por más que lo intento. Ni con la mente aunque me visualizo a como estaba hace unos años, ni con la alimentación ni con el ejercicio. Estoy atascada y mi falta de avance me ha animado a escribirte, a ver si se te ocurre algo diferente que me pueda aportar el salir de este estancamiento. Llevo intentando perder los diez kilos que necesito desde hace ya un par de años pero apenas bajo cuatro o cinco, los vuelvo a subir en un mes. Muchas gracias por tu ayuda y por el envío de estos post que me gusta leer.
Hola Yolanda!
Gracias por compartir tu situación, seguro que ayuda a otras personas :)
Como sabes, no atraes lo que quieres, sino lo que eres.
Aunque utilices afirmaciones y visualizaciones, si no te conviertes por dentro en la persona que quieres ser por fuera, una y otra vez volverás a mimetizarte con tu imagen con sobrepeso (que es lo que crees que eres).
Tu realidad es tu conciencia evidenciada. Lo que ves es lo que crees como verdad.
La salida al bloqueo está en entender que te has creído las ideas que sostienen tu sobrepeso, y son esas ideas -esas creencias- las que debes cambiar.
Identifica qué piensas realmente acerca de tu aspecto físico, y pon todo tu entusiasmo en cambiar esas ideas que ya no te representan!
Espero que lo logres pronto! :)
Un fuerte abrazo!!